Título: Tokio Blues
Autora: Haruki Murakami
Género: Contemporáneo
Año: 1987
Editorial: Kodansha
No. páginas: 387 páginas
Dentro de los escritores que despiertan contradicciones indudablemente está Haruki Murakami.
Lo rodea un halo de misterio, una admiración que tenemos por todo lo oriental, y además, su eterna nominación al Premio Nobel.
Uno de los autores que muchos dicen «lo tengo pendiente en mi lista«.
La vida es una caja de galletas. En una caja hay muchas clases distintas de galletas. Algunas te gustan y otras no. Al principio te comes las que te gustan, y al final sólo quedan las que no te gustan
El autor
Haruki Murakami es un autor japonés de 60 años. Ha sido galardonado en diferentes ocasiones. La influencia americana se ve reflejada en sus novelas, mediante la música y las locaciones de sus tramas.
Se le ubica en el género contemporáneo aunque ha escrito algunas novelas utilizando el recurso de realismo mágico.
La novela que logró su aceptación dentro de Japón, fue precisamente Tokio Blues, en 1987. Después de esta novela, la vida le cambió. Un bestseller que lo lanzó al estrellato, saliendo de su país natal, y generando otros títulos con más influencia occidental.
La trama
La novela inicia con la melodía de Los Beatles, Norwegian Woods, que genera los recuerdos en Toru Watanabe, un ejecutivo de 32 años. Desde esa cabina de avión, Toru recuerda tristemente, cuando tenía 18 años, y empezaba la Universidad en Tokio.
Inicia con los recuerdos de Naoko, novia de su amigo Kizuki, quien terminó con su vida una tarde de colegio, como tantas, después de haber jugado billar.
Así, ambos, comparten esa tragedia y tratan de entender la razón del suicidio de Kizuki, pero sobretodo, de explicar los caminos torcidos que dicho evento causó en ambos.
Mientras tanto, Toru conoce a Midori, una chica más despierta, menos lúgubre, que genera sentimientos conflictivos en él.
Toru lucha contra el amor que siente por Midori y el deber de cuidar a Naoko.
La muerte no se opone a la vida, la muerte está incluida en nuestra vida. Es una realidad. Mientras vivimos, vamos criando la muerte al mismo tiempo
Nuestra opinión
¡Cuanto dolor! ¡Cuanta soledad refleja cada página de Tokio Blues! Una novela que se hunde en la oscuridad del ser humano, en ese vivir sin sentido que se experimenta en fases depresivas. Debería haber una advertencia en la portada donde se indique que si estás triste o deprimido, ni empieces la novela.
Sino fuera por las escenas de sexo que molestan no solo por lo explícito, sino por lo innecesarias y sosas, sería una buena novela para análisis piscológicos y psiquiátricos.
No es mi primera novela de Murakami. Anteriormente había leído «La peregrinación del chico sin color» y «After Dark».
He podido concluir que la escritura de Murakami ha ido evolucionando favorablemente con los años. De After Dark no puedo decir nada positivo, pero también fue una de sus primeras novelas.
Mientras que «La peregrinación del chico sin color» llegó a tener mejor aceptación, y es una de las más recientes.
Sabemos que las novelas tienen la magia de llevarnos a caminos desconocidos. Amo a Murakami por llevarme a esas calles de Japón, por subirme en un Shinkansen, darme un trago de Sake y cocinar Misoshiru. Pero también me entristece que me lleve a las estadísticas japonesas, donde cada día se suicidan más de 58 personas, mayoritariamente jóvenes.
Me resisto a leer novelas que explotan un estereotipo, aunque sé que las estadísticas son claras, pero sé que pueden narrar otros temas.
Me genera el mismo rechazo que las narconovelas latinoamericanas, donde toda Europa puede pensar que en cada familia nuestra, hay un dealer o un prófugo de la justicia.
Quedo con el reto de leer las últimas novelas de Murakami y darle nuevamente la oportunidad de mostrarme un Japón alegre, quizás no lleno de Pikachu pero sí de gente de carne y hueso que ama la vida.
Gracias por compartir nuestra pasión.
He cumplido veinte años. Y debo pagar un precio por seguir viviendo.