Cuatro de la mañana, insomnio, y la tablet no logra prenderse. Esta situación logró ser realmente desesperante. Justo en la página 400 de una novela de Nora Roberts, donde están a punto de descubrir al acosador de la protagonista principal, y repito, mi tablet no enciende.
Si hubiese tenido el libro, ¿qué hubiese sucedido? Solo era cuestión de prender la lámpara de la mesita de noche, y seguir leyendo. Con la molestia de encender prácticamente toda la recámara, claro.
No me malinterpreten, la tecnología y yo somos primas, pero no hermanas. La disfruto, pero el olor a las páginas de los libros me sigue deleitando como una buena cerveza fría. Tengo tantos libros disponibles para leer en el ipad que creo que no debería comprar un libro en los siguientes cinco años, pero cuando descubro un best seller o un nuevo lanzamiento, corro a comprarlo porque quiero la edición en vivo, en portada y en papel.
Pero no hay que negar que la ventaja de las tablets son interesantes. Veamos:
- Para marcar notas en el libro ya no son necesarios tantos post it de colores, puedes sombrear los párrafos en la tablet y de una vez se crea una nota, con su bibliografía incluída. Después la puedes compartir fácilmente, sin reescribirla.
- La lectura nocturna es mejor ya que las pantallas son más gentiles con la vista, evitamos la fatiga visual. De hecho, conozco casos donde los oftalmólogos han recomendado el kindle por el manejo del brillo en la pantalla.
- La búsqueda de nombres o lugares específicos es más fácil en la tablet. Y aclaro que estoy hablando de documentos para lectura en tablets, no de pdfs, que no son manejables.
- Ni hablar de esas palabras que no sabemos su significado, y encontramos fácilmente el recurso del diccionario.
Pero a pesar de todas estas ventajas, sigo siendo romántica. Me gusta terminar un libro, y verlo durante días todavía en mi mesita de noche, repasando algunas hojas, o recreando el viaje que tuve con él. Me encanta buscar algo entre sus páginas, para sentir el papel y refrescarme al pasar rápidamente las hojas.
Sí, parece que solamente los románticos vemos las ventajas de tener un libro en portada y papel, en carne y hueso.
Pero lo cierto, que un libro jamás te abandona, ni deja de prenderse, o se queda sin baterías. Es el amigo fiel, que siempre está allí, esperando por tí.
¿O será que seremos más selectivos para escoger qué leer en papel y qué leer en una tablet?. Por lo visto, Nora Roberts no entró en esa categoría, y hoy decidió que yo no siguiera la lectura.
Esto me pasa por serle infiel a los libros.
Conozco el sentimiento,de hecho pienso como tú, nada como el olor de los libros!
Pero me he adaptado a la nueva tecnología, todos mis libros van conmigo siempre!!!
Los libros en papel,los dejo para disfrutarlos en las vacaciones, cuando me voy quedando dormida y el libro se me resbala y me pega en la cara,para castigarme por preferir el kindle.Pero lo que es innegable es nuestro amor por la lectura,no podría vivir sin un libro!!!! no importa cual sea su formato.
Tienes razón. Hay que adaptarse a la tecnología pues sería aislarnos. Pero la tecnología tiene sus grandes ventajas… solo le falta el olor del libro. Aunque una de las cosas que más me gusta, es cuando quiero releer algún pasaje especial del libro… buscarlo y encontrarlo… se disfruta más en el papel…
Jajajaja… que bueno que tus libros ven como castigarte también!
Buenos días y gracias por compartir nuestra pasión!