Título: Ensayo sobre la ceguera
Autor: José Saramago
Género: Ficción, distopía
Editorial: Caminho Lisboa
Número de páginas: 288
Año: 1995
Nuevamente, una de esas novelas fabulosas con las que tropiezas por simple juegos de la suerte, y te preguntas, porqué no la habías leído antes. Sí, José Saramago, premio Nóbel de la Literatura en 1998, y yo no lo había leído.
Y la respuesta es sencilla: no me gusta la ficción. Y si a tí tampoco, es la mejor razón para empezar con un «Ensayo sobre la ceguera», y si te gusta la ficción, y no la has leído, es mejor que nadie se entere, y te pongas al día.
Trama
La novela te captura desde las primeras líneas. Un hombre que deja de manejar, repentinamente. Ocasiona un congelamiento vehícular, y cuando se acercan para preguntarle qué le pasa, solo atina a decir: ¡me he quedado ciego! ¡todo lo veo blanco!
Y es así como Saramago logra, en apenas los primeros párrafos de la novela, conectar con el lector. Y lo logra precisamente al provocar que cerremos los ojos para decir… espera, ¿la ceguera no es oscuridad total?
Y lo que parece ser un caso aislado, logra en las siguientes páginas, convertirse en una pandemia, una pandemia de ceguera blanca. El primer ciego, luego su esposa, luego el doctor, y así sucesivamente.
La novela está tan bien escrita que no te das cuenta que se va leyendo de una manera continua, párrafos eternos, sin puntos apartes; pero otra sorpresa, no te molesta para nada.
Una obra de la literatura.
Personajes
¿Personajes? No hay nombres propios.
Es otra de las maravillas del autor. Profundiza tanto en ellos, en sus sentimientos, que no necesitan nombres, pues prefiere describirlos como El primer ciego, la chica de las gafas oscuras, el doctor, la esposa del doctor y así sucesivamente. Hasta el nombre es parte de la descripción del personaje.
Una novela cruda en muchas de sus páginas. En las cuales te golpea el estar consciente de que sí puede suceder que el ser humano, en ya una situación de desventura, logre ser más malvado que la misma situación. Pero también donde personas, sin verse, se conectan, y se apoyan entre ellas.
Y más allá de ser descriptivo con los seres humanos desdichados de esta ciudad enferma, Saramago se atreve a describir a un perro, al perro de las lágrimas, que sabe identificar cuándo alguien necesita de su ayuda, no solo para guiarlo sino para enjuagarle su tristeza.
«si estuviera solo, se quedaría aquí, pero la mujer que lloró va ya delante, su deber es ir tras ella, nunca se sabe si no va a tener que enjugar otras lágrimas»
Creo que no se puede terminar la novela sin identificarse con alguno de los personajes. Con la bondad de la esposa del doctor, con la posible infidelidad del doctor, o con la inocencia del niño ciego que llega incluso a olvidar a su propia madre.
Una novela totalmente apocalíptica, que no se le podía escapar a ningún cineasta. Lo cual se logró en el 2008 con la película Blindness. Un gran repertorio con Julianne Moore, Mark Ruffalo, Danny Glover y Gael García Bernal.
Me hace pensar que el refrán «ojos que no ven, corazón que no siente», es totalmente errado. Saramago nos convence que entre más ciego, más aflora el corazón, más vivo se está, más despierto te vuelves. A no ser que eso solo lo logre la ceguera blanca.
Gracias por compartir nuestra pasión.
Calificación ♦♦♦♦♦ 5/5
Te felicito por este blog. Es maravilloso! Ese libro de Saramago me impactó y no me apena decir que tan solo lo leí el año pasado. Una novela cruda que nos hace reflexionar hondamente en la naturaleza humana. Tengo que ver esa película.
Gracias, Rosa, por tus comentarios. Saramago nos sorprende a todos con su narrativa… y como dije en el blog… nunca es tarde para un buen libro. Te recomiendo la película, aunque seguro seguirás amando al libro.