Cuando pienso en feminismo no me siento totalmente identificada pues creo que podemos cometer el mismo error de discriminación hacia los hombres. Indudablemente, como mujer, defiendo nuestro derecho a tener las mismas oportunidades y a que se reconozca el esfuerzo que realizamos para ser profesionales y además el de seguir llevando un hogar en orden.
Y en este mes de marzo, el Mes Internacional de la Mujer, creo que no pudo llegar a mis manos una mejor novela.
«Las mujeres no quieren reproducirse porque hacerlo significa dejar de vivir para dedicarse a criar. La maternidad en todo el mundo está penalizada; la mujer es penada por quedar embarazada, por parir y por cuidar a los hijos»
Trama
«El país de las mujeres» es una historia totalmente utópica. Un país donde una mujer, junto con sus amigas cercanas, se atreve a postularse como presidenta. Pero eso no es ninguna novedad, pues muchos países ya han tenido mujeres en la presidencia. Lo interesante y curioso son los planes de gobierno que tiene el Partido Izquierda Erótica, al que llaman el PIE, en la novela.
El PIE llega a ganar las elecciones en un país ficticio, en Faguas, el cual tiene todas las características que podemos ubicar en nuestros países latinoamericanos, con lo cual nos identificamos durante toda la novela.
Dentro de las propuestas de gobierno del PIE, la que más causa conmoción es la decisión de mandar a todos los empleados varones del Estado a sus casas, por seis meses, con licencia pagada, y permitir así que las mujeres ocupen esos puestos y que ellos se queden en casa conociendo las labores del hogar.
«El país de las mujeres» está tan bien redactado que llegas a creer que fue un proyecto real. La descripción de la campaña política, los planes de gobierno y los materiales descritos puede servir perfectamente para un estudio completo de marketing político. De hecho, investigamos y realmente fue un proyecto que en su momento acarició la autora en su país natal, Nicaragua.
La novela inicia, con un atentado durante un evento político contra Viviana, presidenta de Faguas. Nuestra protagonista entra en coma, y es durante su recuperación, que se repasa todo el recorrido que ha tenido para llegar a esa situación.
«Cuando oyó el aullar plañidero de las ambulancias, ya sus pensamientos, como si alguien hubiese abierto una trampa, corrían a desaguar en un total silencio»
¿Qué opinamos?
Es una novela cargada de feminismo, no lo podemos negar, pero también llena del sueño que tenemos todos, hombres y mujeres, de crear un país justo , de superar las ilegalidades que han dominado nuestro planeta durante siglos como lo son el tráfico a menores, la pederastia, las cortas penas a los violadores, por mencionar algunas en el tema sexual. Podemos agregar la corrupción, el mal manejo de los bienes públicos, la desigualdad de oportunidades…
Que todo eso se resuelve con una presidenta mujer, pues NO, indudablemente. Pero la autora ha puesto en la palestra los problemas que tienen diariamente nuestros países, con los mismos titulares que leemos desde el siglo pasado y que todavía son parte de la rutina diaria durante nuestro siglo XXI.
Una novela que pone de manifiesto un sueño, tan bien documentado que nos hace pensar al terminar de leer… ¿porqué no puede ser posible? ¿lo intentamos?
Gracias por compartir nuestra pasión.